Aunque la película se rodo en 1962, no fue hasta 1963 cuando se estreno.
Muchas fueron las calles y rincones de
Campo de Criptana que quedaron para la eternidad en los royos del celuloide: la
Ermita de la Veracruz convertida en Hospital Municipal, la entrada al pueblo
con el solar donde años después de construiría el Instituto, o como es el caso
de las imágenes que vemos aquí la del Santuario de la Virgen de Criptana,
convertida en la iglesia del lugar bajo la advocación de San Roque, con su imagen y todo.
Desde luego que la parte manchega de la película es la mejor. La más luminosa y alegre
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